¿Cómo se estructura jurídicamente el millonario negocio de CrossFit®?
Hoy en día habrá poca gente que no sepa o no tenga una noción mas o menos aproximada de lo que es el CrossFit. Greg Glassman es el creador de esta marca registrada que consiste en un deporte que combina distintas disciplinas, como la halterofilia o los ejercicios gimnásticos, para así crear un entrenamiento funcional y de alta intensidad. Pero, además de un deporte y casi un estilo de vida, es una compañía nacida en EE.UU. y que ya se ha expandido por todo el mundo.
Más allá de comentar de qué va el CrossFit a nivel deportivo, a nivel técnico, lo interesante aquí es ver como se estructura un imperio económico valorado en 4.000 millones y que cuenta con 15.000 clubes o “boxes” en 158 países. A priori, se puede pensar que CrossFit es una empresa que va ampliando su negocio abriendo por si misma establecimientos, como hace una firma de moda como Zara, pero no, CrossFit no posee ningún establecimiento en propiedad, ¿entonces?
Podemos también pensar que este gigantesco negocio se basa en un sistema de franquicias, tipo McDonald’s, por el cual un franquiciado paga un canon a cambio del know how y el soporte material etc. Pero tampoco es esta la fórmula, aunque si que tiene muchas similitudes como veremos más adelante. En las franquicias, el franquiciador tiene gran poder sobre el franquiciado, no es un negocio abierto, el franquiciador tiene una amplia potestad para otorgarte la franquicia y una vez abierta el franquiciado depende enormemente del franquiciador.
El verdadero negocio de CrossFit no es otro que un “simple” contrato de licencia de marca. Lo que da valor al negocio es la marca CrossFit®. A partir de aquí y entendiendo el poder de la protección de un bien intangible como es una marca registrada, el imperio CrossFit crece a través de un sistema de afiliados (clubes o boxes) que deben dirigirse por entrenadores que hayan superado exámenes propios que te acrediten para poder entrenar bajo el método CrossFit. Existen hasta 4 niveles de acreditación como entrenador de CrossFit con diferentes capacidades y, los cursos tienen un coste de alrededor de 1.000 dólares.
Del mismo modo, CrossFit ha reforzado su marca creando los “CrossFit Games” una competición basada en los entrenamientos, otra fuente de ingresos de más de 8 millones de dólares anuales. Para ello, también imparte cursos para ser juez en estas competiciones y de nuevo, otra fuente de ingresos derivada de dicha formación. Pero volviendo al core del negocio, los afiliados o boxes, cobran entre 65 y 200 dólares a sus clientes, cada afiliado es libre de marcar sus tarifas. La tasa de abandono es menor que en los gimnasios tradicionales porque CrossFit ha conseguido vincular su marca a un espíritu de comunidad en el que se forjan amistades y relaciones sanas, esto hace a su vez que la tasa de éxito de los negocios sean más altas, más de un 90%.
¿Por qué pagar un fee para tener licencia de la marca CrossFit, si puedo hacer entrenamientos funcionales de manera gratuita?
Muchos centros de entrenamiento se dedican a hacer entrenamientos funcionales, parecidos a los que hace CrossFit, quizá menos agresivos o más adaptados, más personalizados… en definitiva, con ciertas variaciones, todo ello sin pagar nada a la marca CrossFit, ni tener que sacarse un curso específico de CrossFit, ¡y no pasa nada! Es totalmente legal siempre y cuando esos locales no usen la palabra “CrossFit” porque evidentemente no se puede tener en propiedad un determinado ejercicio, ni siquiera un conjunto de ejercicios. Los entrenamientos son eso, entrenamientos y no se puede tener propiedad sobre ellos, por eso la clave es el uso de la marca. La marca es lo que da poder y aporta valor. Evidentemente hay mercado para los gimnasios de entrenamiento funcional que compiten con los boxes de CrossFit, pero el sistema CrossFit es evidente que gana muchos seguidores y tiene mayor capacidad para crecer porque la imagen es conocida en todo el mundo.
En definitiva, a través de un contrato de licencia de marca, CrossFit® impone sus condiciones a los licenciatarios tales como obligación del pago del canon anual (3.000 dólares), obligación de estar en posesión de una acreditación de nivel 1 o superior, obligaciones respecto al uso de la marca y la protección de la misma. A cambio el licenciatario podrá usar la marca, tendrá acceso a información, asesoramiento y asistencia por parte de CrossFit y estará ubicado en la web y base de datos y la CrossFit Journal, entre otros beneficios. Otros aspectos regulados en el contrato son:
– El uso de la marca CrossFit se hará junto con el nombre concreto autorizado al box (por ejemplo: “CrossFit Las Palmas”) del mismo modo, todo el material publicitario, merchandising e incluso las frases: “The Sport of Fitness”, y “Forging Elite Fitness” se harán usando el nombre del afiliado y no únicamente la marca CrossFit.
– La independencia de las partes, indicando expresamente que no hay relación de franquicia ni de ningún otro tipo, simplemente dos partes contratantes independientes una de la otra y sin potestad una sobre la otra.
– Cláusula moral, para el caso de que un afiliado perjudique de algún modo la marca CrossFit.
– La licencia de la marca se extiende a los dominios de internet. Que deben ser los aprobados previamente.
– Exigencia de que los usuarios del box firmen exenciones de responsabilidad previo a su inscripción como cliente y por tanto, antes de realizar cualquier entrenamiento “de modo que satisfaga a CrossFit LTD”.
– Imposibilidad de sublicenciar o de transferir mediante fusiones el acuerdo de licencia de marca.
– El contrato se rige bajo la jurisdicción Phoenix, Arizona.